domingo, 17 de junio de 2012

Mundial de lucha Contra la Desertificación y la Sequía

Desierto en el Parque Nacional Sarigua, en Panamá.



La celebración fue proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas e 17 de junio de 1994, conmemorando la Convención sobre el tema realizada el mismo año.

La desertificación afecta a más de 110 países y cada año se pierden 6 millones de hectáreas de tierra productiva.

La Unidad de Cambio Climático y Desertificación de la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM), explicó que actualmente un 27% de las tierras de nuestro territorio están secas y degradadas.
Es importante señalar que nuestra república cuenta con un Comité de Desertificación creado, mediante la resolución AG-0098-2004.

La superficie que se encuentra degradada es de 2,078,757 hectáreas y la población estimada que allí vive es de 516,434 personas (censo de población del año 2000).

En provincias centrales hemos sufrido por décadas este fenómeno, consecuencias lamentables y los agricultores han sido responsables por el uso de la mala práctica de desmonte y quema.  Con esta técnica de preparación de suelos se elimina la capa vegetal y se disminuyen los bosques progresivamente.
Por Peña Morán. Periódico La Estrella de Panmá.

En vista de tal situación han emigrado a otras partes del país realizando la misma práctica y con esto han devastado centenas de hectáreas, el crecimiento de la frontera agrícola y ganadera está llegando extensivamente a Darién, en donde están las reservas más importantes de bosques, lo que afecta los humedales. Estos son unos ecosistemas especiales e importantes que capturan y retienen el agua y al talarlos se pierde el líquido vital y avanza la desertificación.

 
Así deforestan nuestros bosques en el Darién, por TVN.

Un ejemplo de los nefastos efectos de la deforestación lo encontramos en el Arco Seco, dentro del cual está el parque Nacionales de Sarigua, el área más desértica del país. Hace unos once mil años era posible la vida en Sarigua. Allí habitó el asentamiento precolombino más antiguo del país.  Le sigue la comarca Ngöbe Buglé, la Sabana Verangüense y por último, el corregimiento de Cerro Punta.

En la actualidad es el símbolo de lo que puede pasarnos si devastamos bosques y manglares. Por lo cual debemos unirnos en la lucha de los ambientalistas, para que el gobierno no atente contra la sostenibilidad de nuestro país emitiendo leyes y decretos que dan carácter retroactivo a las leyes de protección ambiental, que tienen vigencia actualmente, para beneficiar desarrollos comerciales de megaproyectos.

Foto de los rellenos ilegales en el área de manglares, por Cavu Org,2009.

La noticia de que los magistrados habían aprobado la suspensión de la protección de los Manglares de Juan Díaz, en la Bahía de Panamá, conmocionó al país, no solo por estar ubicado, en la ciudad capital, sino por ser el estuario más importante de la industria camaronera y el habitat de centenares de especies, incluyendo aves marinas y migratorias.

Paradógicamente el gobierno dice estar interesado en el ambiente y estar anuentes de la importancia y la necesidad de que el país se oriente a favor del desarrollo rural sostenible, la protección y el manejo sostenible de los recursos naturales, en especial la tierra y agua.


Vista de los manglares capitalinos, en el fondo la bella ciudad de Panamá.
Nuestro país ha firmado acuerdos internacionales para la sostenibilidad del ambiente y en el caso específico de la desertificación, contamos con el documento Plan de Acción Nacional de Lucha Contra la Sequía contra la Desertificación y Sequía en Panamá, (PAN) 2004.

Este documento representa el esfuerzo conjunto de instituciones públicas, ONG’s y de la sociedad civil, en la atención a uno de los compromisos más importantes establecidos por el Gobierno Nacional, ante la Convención de Naciones Unidas en su Lucha Contra la Sequía y la Desertificación.

Establece la finalidad de impulsar acciones encaminadas a prevenir, mitigar o compensar los efectos de la desertificación y sequía de acuerdo a los lineamientos de la política ambiental de la República de Panamá.


"El proteger la naturaleza no es un eslogan, sino la única forma de preservar nuestra especie, es decir tu propia vida..."

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