viernes, 25 de mayo de 2012

Carta al desamor, gotitas de inspiración.





A mí querido Mar:



Te escribo, con el corazón en la mano y pensando en los maravillosos momentos que compartimos.  Aunque fueron pocos, me marcaron para el resto de mi vida.

Es irónico, púes ahora se que nunca me quisiste.  Fui para ti un experimento, la novedad de una relación forzada, por mi soledad y tu curiosidad.

Hoy como ayer me envuelve la tristeza, al tener que reconocer que lejos de ser mi príncipe azul, tan sólo fuiste un simple y ordinario hombre jugando a ser galán.

Si bien te acepté con tus virtudes y defectos, no es menos cierto que te idealicé, gracias  al amor que te profesaba.
El tiempo no ha podido borrar la decepción, que tu engaño me causó, la melancolía me envolvió como una bruma, en el inmenso mar de mis recuerdos.

Tu dualidad entre hombre compasivo y villano por un lado,  encantador y farsante, por el otro, me dejó confundida y profundamente herida.

Mi amor fue sincero e incondicional y tú sólo jugaste con mis sentimientos, pero no fue sólo tuya la culpa, porque yo te lo permití.

No me arrepiento de haberte querido, púes gracias a tu cercanía, logré descubrir mis más profundos sentimientos, los cuales ignoraba que podía experimentar.

Durante mucho tiempo pensé que eras el único hombre que podría amar, porque me destrozaste el corazón.   Tus besos y caricias sólo me dejaron un sabor amargo y un profundo desengaño.

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