martes, 20 de marzo de 2012

Día Internacional del Niño por Nacer, 25 de marzo de 2012.



Día Internacional del Niño por Nacer.



Antecedentes:

  • El Salvador fue el primer país que decretó una celebración de este tipo en el año 1993, con el nombre de "Día del Derecho a Nacer".
  • La primera celebración oficial del "Día del Niño por Nacer" en Argentina tuvo lugar el 25 de marzo de 1999.                                                                                                                                Poco antes de la celebración, el entonces presidente Menem escribió una carta a todos los presidentes de los países de América Latina, España, Portugal y Filipinas, invitándoles a adherirse a la iniciativa de declarar el 25 de marzo "Día del Niño por Nacer".
  • Tras la iniciativa argentina, la Iglesia animó a otros países y líderes a seguir el ejemplo y las respuestas fueron llegando en años sucesivos. 
Fuente: catolic.net
  • En el primer Congreso Internacional Provida, celebrado en Madrid en el 2003, tras una encuesta mundial contestada por más de 20.000 grupos y asociaciones de más de 20 países de Europa y América, se acordó por declarar el 25 de marzo el día Internacional de la Vida.
Fuente:si a la vida

  • En Panamá no se celebra oficialmente esta fecha, sin embargo existen grupos que abogan por su aprobación.                                                                                                                                          Nuestro Código Penal de 1982 tipifica el aborto como “delito contra la vida y la integridad personal”, pero exime de penas cuando la mujer fue violada y resuelve interrumpir su embarazo antes de los dos meses, y cuando corre peligro su vida o la del feto.

Análisis:

Uno de los temas más controversiales para la humanidad es el derecho a la vida y no importa si el debate es por la pena de muerte o el rechazo al aborto.  Esto se debe a que el dolor que estas decisiones causan son medidas desde perspectivas religiosas y de derechos humanos.

No hay decisión fácil ni fórmula perfecta, cuando se trata de la conducta humana; ya que la decisión de abortar una vida se dice en un instante, pero cambia la vida de quien la toma y en muchas ocasiones su entorno familiar.

Puede ser considerado un crimen, un desafortunado accidente, un producto más de un mercado perverso o simplemente una mala decisión.  Muchos de nosotros corremos a criticar a las mujeres que abortan y sin detenernos un momento, para meditar en sus razones.  Acaso no somos en cierta mediada cómplices de este hecho, púes somos todos, como sociedad, los que permitimos que se den estos sucesos y ciertamente es la intolerancia, en muchos hogares, lo que hace surgir el aborto como una salida a un embarazo no planificado.

En nuestro país se han tomado medidas para orientar y apoyar a las adolescentes, quienes son las más propensas a verse envueltas en decisiones de este tipo.
Se les permite continuar en la escuela; ya que el terminar su educación es la mejor arma para salir adelante, con un hijo y eventualmente formar una familia.

Esta problemática afecta todos los estratos sociales, debido a la doble moral de nuestras sociedades.  Por un lado se hacen campañas contra el aborto y por el otro se usan los fetos y placentas, para producir cosméticos o ser procesados en la industria farmaceútica.
Se estimula a llevar a término los embarazos y de no querer criar a la criatura darla en adopción, pero la burocracia del proceso legal se convierte en un via crucis para las parejas y da lugar a la aparición de grandes cadenas mundiales dedicadas al tráfico de infantes.

En esta vida todo tiene un precio, siempre hay quien está dispuesto a vender y otro a comprar.  Gracias a Dios aún hay costos que el dinero no puede cubrir y es por esta razón que la honestidad, la ética y la solidaridad sobreviven, como muestra del verdadero amor.

En esta fecha solicitamos a todos nuestros lectores que mediten unos minutos, sobre como contribuir a que cambie el destino de vidas inocentes.  Los exhortamos a que comiencen por enseñarles a sus hijos, amigos y vecinos el valor de la vida, en todas sus formas.
Cuando somos niños aborbemos como una esponja, las vivencias que experimentamos, de nuestro entorno y al ser adultos liberamos todos estos sentimientos, de forma positiva o negativa según sea nuestro sentir.

Es de gran importancia que nuestros niños conozcan la importancia del amor, la competencia de sus roles y su derecho a la igualdad de género.

Espero que esta reflexión les haga pensar en este tema con menos aprensiones y que logren sentirse parte de la solución y no del problema.



Bendiciones para todas aquellas mujeres que decidieron ser madres, espernanza para quienes no han podido serlo y fortaleza para quienes perdieron un hijo, sin importar la causa.


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