miércoles, 14 de diciembre de 2011

Día Internacional de la Solidaridad Humana.

 


Las Naciones Unidas en reunión celebrada, para la Erradicación de la Pobreza  el 22 de diciembre de 2005, decidió en la Asamblea General proclamar el 20 de diciembre, de cada año Día Internacional de la Solidaridad Humana.

La solidaridad es uno de los más grandes valores que puede poseer una persona.  Exhortamos a todos nuestros lectores a ser solidarios con sus vecinos, compañeros, visitantes .  Ayudar a los hermanos que sufran desastres naturales, como lo que somos seres humanos con derecho a la vida y a la muerte de forma digna.



Invasión a Panamá, 20 de diciembre de 1989.

En el plano nacional esta fecha tiene connotaciones menos agradables, pero que dan sentido hoy más que nunca a la palabra solidaridad, ya que es muy difícil solidarizarse con la pena ajena, cuando quienes lo sienten defienden por un lado a la víctima y por otro al opresor.




Para los panameños el regreso del ex-general Noriega ha hecho aflorar sentimientos encontrados.  Depende de cada uno de nosotros enfrentar la situación con madurez y recordar que la historia es cíclica, que se debe perdonar, pero no olvidar o se corre el riesgo de cometer los mismos errores del pasado.

Es una verguenza que un individuo haya causado tanto daño a nuestro país y más vergonzoso que algunos panameños aplaudan el costo de vidas humanas como pago para su captura, pués fue un costo mul alto e innecesario, ya que no lo capturaron, sino que el se entregó.

CAUSA JUSTA fue una operación bélica, que nunca debió darse por parte de una potencia como los Estados Unidos de Norteámerica, contra una nación tan pequeña, como la nuestra.  Quitar la vida a civiles, en nombre de la paz y como bandera contra gobiernos totalitarios es una aberración.

Solicitamos reflexión para las generaciones que vivieron este oscuro episodio, de nuestra historia, compromiso y madurez para las nuevas generaciones y memoria para las futuras, ya que no pueden repetir nuestros errores.
Respetamos el dolor de los familiares, de los militares fallecidos, de las personas desaparecidas, del pueblo masacrado y todos los que de una u otra forma fuimos afectados, pués todos somos panameños y merecemos justicia por igual.

La mayor gracia que nos da Dios es la vida y el mayor don el perdón.  A todos nuestros compatriotas le recordamos la importancia de la solidaridad, la justicia y el perdón, tres palabras que se dicen fácilmente, que ocacionan controversias apasionadas pero que son conciliables y necesarias.


Viva la paz en Panamá

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