Su mirada es mi alegría,
sus caricias mi bendición,
saber que soy parte de su vida
y que corresponde a mi amor.
No importa si es compartido,
su cariño siempre será mio,
el tiempo es nuestro testigo.
La fortuna de habernos conocido
es lo mejor que me ha pasado.
Al ver su carita tierna e inocente,
sentí como entraba en mi corazón.
Eres mi mayor tesoro y alegría,
aunque no seas parte de mi ser
eres lo más cercano a mi alma.
El amor más sincero es aquel que
nace expontáneo, sin ataduras,
ni engaños y hoy como siempre,
te brindaré mi regaso.
Bendiciones mi pequeño, crece
como un bello árbol y cuando
tengas tus hijos, cuéntales
de mí, quien tanto te ha amado.
Les invitamos a leer nuestras obras en el siguiente enlace Pensamientos, por D´LIZ.
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