viernes, 10 de febrero de 2012

Conflictos por Los proyectos Hidroeléctricos en Panamá.

Panamá es un país con un gran caudal hídrico, uno de los más significativos de latinoamérica en base a la cantidad de ríos en relación con el espacio territorial.
Es impresionante la cantidad de concesiones que se han solicitado, proyectos a futuro y en vía de construcción.
Chiriquí es una de las provincias con más riqueza vegetal y el agua es un recurso vital, no es petroléo pero vale más.
Muchos países tienen problemas por falta de agua potable, pérdidas de cuencas hidrográficas han causado la aparición de nuevas zonas desérticas y crisis económicas a las poblaciones afectadas.
Ni siquiera Estados Unidos de Norteamérica ha escapado a esta realidad.

Le presentamos las siguiente imágenes, publicadas en el 2010, para que tengan una idea del problema que enfrentan los indígenas chiricanos, que son tan panameños como el resto de nuestra población.
La devastación de la vegetación es evidente.


Ver información completa en el siguiente enlace


Proyecto Prudencia. Los daños más evidentes son la remoción de capa vegetal y la tala de árboles. La erosión, sedimentación y contaminación de las aguas con cemento se nota corriente abajo. LA PRENSA/ Eric Batista.

Proyecto Bajo de Mina. La tala de árboles y la remoción de piedra y arena son algunos de los daños causados al medio ambiente. LA PRENSA/ Eric Batista.


En artículos anteriores he hecho incapié en la importancia de nuestra realidad étnica, pués ser panameño es tener genes de diferentes grupos raciales, como son: el aborigen , europeo,africano y asíatico. El asumirlo nos hace más tolerantes, con una visión más abierta de frente a la solución de conflictos y sobre todo mejores garantes de nuestros recursos e identidad nacional.

El panameño ama su tierra por su diversidad y verdor, le abre los brazos al visitante y apoya al necesitado. Sin embargo en este momento el lema de Pro Mundi y Beneficio, ha sido mal interpretado, por políticos e inversionistas inescrupulosos.

Generar electricidad para exportarla, a los países vecinos es negocio lucrativo, para sus inversionistas pero afecta radicalmente a los residentes de los lugares donde están emplazados y en menor grado al resto de los panameños.

El hecho de que se utilice el 98% del caudal  de un río para generar electricidad, bloqueando caminos de acceso a las poblaciones rurales y cortando el acceso al agua, es una abominación.

Por otra parte debemos velar porque las leyes sean redactadas de manera que no den pie a ambiguedades y violaciones a los derechos humanos, de ningún grupo o individuo dentro de nuestro territorio.

La actividades de las hidroeléctricas transforman el paisaje natural, de manera evidente y en gran medida irreversible, por lo cual es nuestra responsabilidad buscar las vías para mitigar los efectos y compensar los daños ocasionados al ambiente.
Cabe notar que estamos hablando de costos ambientales y económicos, los cuales no se miden de igual manera.

Exhortamos a los grupos ambientalistas a jugar un papel histórico, en la modificación de la ley y velar porque el artículo, que reclaman los indígenas sea modificado con pertinencia y velando por los derechos de todos los panameños .

La ambición es mala consejera. No hay grupo 100% bueno o malo, ni los aborígenes, ni políticos o sociedad civil dejan de ser humanos y en el plano individual cualquiera de ellos puede seguir intereses personales.  Una vez dicho esto queda claro que debemos velar como sociedad, por el respeto de nuestros derechos como panameños, lo cual implica garantizar los recursos para las actuales y futuras generaciones.

¡Exhortamos a todos los panameños a luchar juntos, por un desarrollo sostenible y así garantizar que futuras generaciones disfruten de nuestro hermoso país!.






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